Las amplias playas que se extienden al oeste de Tarifa hasta Cádiz, conforman un interrumpido horizonte de arena blanca y mar.
Ocultas entre las dunas de las playas de Bolonia, cerca de 15km. al oeste de Tarifa, podemos encontrar unos de los mas importantes y misteriosos enclaves con restos arqueológicos de la época romana de España, las ruinas de Barlo Claudia. Con esta protegida situación, el lugar conserva una atmósfera característica de serenidad y contemplación, aun cuando se trataba de un importante centro de actividad en la época romana.
Desde el siglo I A.C., la ciudad fue evolucionando estableciéndose como una floreciente ciudad del Imperio Romano, con villas, plazas, templos de los que aun hoy podemos apreciar una gran belleza. El océano Atlántico fue el autentico motor del desarrollo de Barlo Claudia abasteciéndola de toda clase de productos del mar, atún, sardinas, que posteriormente seria puesto en salazón en las saladoras de la comarca y exportado a lo largo y ancho del mundo conocido entonces. En esta época, romanos e ibéricos gozaron de una relación idílica y civilizada que duraría hasta la caída del Imperio, provocando el declive de la ciudad y posteriormente, con la ocupación morisca, el abandono definitivo.
Durante casi 12 siglos, los templos y villas de Barlos Claudia estuvieron cubiertos de vegetación y arena, pero es a partir de su redescubrimiento a manos de un arqueológico francés a principios del siglo XX, que podemos volver a admirar las columnas, estatuas, bustos y mosaicos que lucían en la ciudad.
El sereno entorno en el que estos vestigios de historia han hayado su reposo, ofrecen al espectador una inigualable experiencia mezclándose con el misterioso decorado de una civilización hoy desaparecida.